
"No hay que temerle a la Represión" Manuel Adornis
Algunas de las medidas del gobierno nacional, parecen no estar del todos orientadas al sentir del pueblo.
Opinón15/11/2020Sin dudas que gobernar un país desvastado por cuatro años de neoliberalismo en el medio de una pandémia, no es tarea sencilla. Si a eso le sumamos las embestidas constantes de la oligarquía, esa tarea se dificulta aun mas. Por si fuera poco, la cohesión ideológica de la fuerza gobernante, esta muy lejos de ser aceptable.
En el Frente de Todos, confluyen experiencias que en otra época estuvieron enfrentadas por diferencias profundas en el categorizar al enemigo. Mientras que el sector del masismo, que curiosamente se podría comparar al cordobesismo que hace 20 años gobierna la provincia, mantiene diálogos muy cercanos con la oligarquía nacional y transnacional, el “kirchnerismo” expresó lo mas cercano a los movimientos populares del siglo 20 (peronismo y demás sectores populares) con sus banderas de soberanía política e independencia económica para lograr la justicia social. Entonces, uno se puede preguntar que los unió y la respuesta que se me ocurre, es la incapacidad del macrismo para consolidar un proyecto de derecha. A tal punto llegó esa incapacidad que hasta los sectores oligárquicos, le “soltaron la mano” y apostaron a una salida controlada para que la cosa no explote.
Esto no esta motivado por “la bondad” del sistema capitalista ni por los mecanismos de una democracia formal, es la supervivencia de un sistema que comprendió que los pueblos no se mueven por ciclos, sino por flujos y reflujos.
Las oleadas que se producen en el continente,van de la mano con los sistemas de acumulación que profundizan la explotación y que, como también saben leer la realidad, son capaces de retroceder para poder avanzar.
Como cuando se produjo la caída del muro y se pronosticó erradamente “El fin de las ideologías”, se vaticino que la caída de los gobierno nacionales progresistas en América Latina, ponían fin al sueño de proyectos independientes y populares. La llegada de una serie de expresiones neoliberales a los gobiernos de la región, fue aprovechada por las corporaciones mediáticas, verdaderos instrumento de construcción de sentido, para tratar de instalar el supuesto “Fin de ciclo”. La victoria de Macri; la destitución de Dilma; la derrota del Frente Amplio en Uruguay y la traición de Lenin Moreno en Ecuador, fueron armas utilizadas por estos modernos ejércitos de ocupación de las conciencias para construir un relato que sentenciaba la “eternidad del neoliberalismo y su inevitable presencia en la región”. Quizás, amparados en ese sentido que creyeron construir, se animaron a dar un golpe en Bolivia que sepultara definitivamente las aspiraciones populares. Pero, como decíamos antes, el flujo y reflujo de los pueblos, no se puede controlar y el retorno del MAS al poder, es la mas contundente muestra de ello.
El panorama oscuro en la región, obligo a la construcción de una alianza con serias diferencias políticas y profunda heterogeneidad ideológica. En este escenario, se constituyo el Frente de Todos. Los limites que se trazan para poder mantener la alianza, generaron hasta acá un vaivén de las medidas de gobierno que parecen solo cabalgar sobre la coyuntura y dar respuestas a ella, antes que desarrollar un proyecto que contenga las verdaderas aspiraciones nacionales y populares. Estos limites que tiene la alianza gobernante, es el territorio en diputa entre quienes la componen. Mientras, que para algunos sectores es impensado la construcción de un modelo que no tenga al capitalismo como centro, otros, entendemos que la pandémia, con toda la crisis que genera, es una oportunidad para pensar una salida que contenga a las grandes mayorías populares y desarrolle estrategias de coordinación en la región sobre la base de la integración.
Es momento de correr los limites que debimos poner para construir una salida al neoliberalismo, es el momento de entender que la disputa es política e ideológica. O seguimos construyendo un país que navegue sobre las olas del neoliberalismo con maquillaje popular o construimos una alternativa que profundice las transformaciones y lleve las banderas de independencia económica y soberanía política para lograr la justicia social.
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