El que a hierro mata...

García Mansilla un abogado y académico antiderechos, nombrado por Milei como Juez de la Corte Suprema y rechazado por más de las dos terceras partes del Senado, renunció hoy a su cargo. Este personaje que se recibió de Doctor en Leyes con una tesis sobre los abusos en la utilización de los DNU, y terminó aceptando su designación como miembro de la Corte por un decreto presidencial, había quedado totalmente desligitimado después del rechazo legislativo.

Después de tanto bochorno, ni el supremo Ricardo Lorenzetti, que lo había promovido para ese cargo, lo apoyaba. Declaró que él nunca hubiera asumido si lo hubieran nombrado por decreto. Y de paso le tiró un palo a sus colegas Carlos Rosenkrantz y Horacio Rossatti, que sí fueron nombrados por decreto por Macri, pero después ratificados por el Senado.

Garcia Mansilla, que fuera rector de la Universidad Austral, había ido más lejos. En las audiencias cuando fue postulado afirmó vehementemente, que nunca aceptaría ser juez sin el respaldo del Senado. Pero siguiendo la tesis del cómico Groucho Marx, que decía “Estos son mis principios, pero si no le gustan , tengo otros” no solo aceptó el cargo por decreto, sino que asumió como juez y firmó fallos.

La renuncia de García Mansilla alivió además a quienes conocían su trayectoria antiderechos. Según el CELS, que no apoyó su postulación, se trata de un jurista que “rechaza la jerarquía constitucional de los tratados internacionales de derechos humanos incluidos en la Reforma de 1994, lo que significa un obstáculo para la efectiva protección de los derechos humanos en la Argentina”. García Mansilla participó en el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo y llegó a expresarse en contra de los abortos realizados a mujeres que habían sido víctimas de una violación. Según El CELS  “A su entender, las mujeres que sufren una violación –y que no padecen algún tipo de discapacidad mental- no tienen derecho a acceder a una interrupción legal del embarazo y deben ser perseguidas penalmente.

Lejos de cualquier preocupación social o pública, García Mansilla se desempeñó siempre en el área privada. Fue parte del Estudio Liendo y Asociados, fundado por Horacio Liendo, que trabajó con Cavallo en tiempos de Menem y es considerado uno de “los arquitectos de la convertibilidad”. Liendo que es hijo del Ministro de trabajo y del interior de la dictadura del 76, fue seleccionado por Milei para estar al frente de la privatización del Banco Nación. También García Mansilla trabajó como abogado de grandes empresas como Occidental Argentina Exploration and Production Inc. y Vintage Oil Argentina Inc., donde brindó asesoramiento legal en aspectos regulatorios de la industria del petróleo.

La renuncia de García Mansilla, significa otra mala noticia para el Presidente Milei, que en las últimas semanas solo ha venido acumulando disgustos.

Fuente: Huellas del Sur